Muchas veces podemos ver instructores de vuelo dando consejos a pilotos en formación sobre como realizar un mejor aterrizaje, “que si dar un poquito más de potencia o un poquito menos, que si usar más flaps o menos flaps, que si baja la nariz porque estas alto, o que si vienes muy rápido etc, etc.” En algunos casos, esta instrucción pasa de ser meros consejos basados en la propia percepción del instructor, a ser casi una orden, como si hubiese una única forma de hacer las cosas, una instrucción muy estilo militar, con el más puro estilo de la vieja escuela. Ya sabes, con un viejo de esos que en sus años de juventud hizo carrera en la fuerza aérea o algo por el estilo.

Este artículo no pretende criticar ninguna manera de instrucción, cada instructor puede hacer su trabajo de la manera que mejor lo crea dentro de los márgenes de seguridad apropiados, así como los márgenes morales y legales. Lo que si queremos resaltar aquí, es un tema del que si bien esta agregado en la teoría de formación de un piloto, muy poco se habla en la práctica.  

Es curioso ver como un alumno o un piloto mejora sus técnicas de vuelo cuando se adapta bien al entorno en el que está practicando, en este caso a la cabina del avión, cuando se empieza sentir cómodo dentro de la aeronave, y es que, aunque muchos lo nieguen, esto es un factor fundamental para el desempeño del piloto.

Este factor es lo que conocemos como la comodidad en cabina, obviamente para que esto ocurra, el ambiente tiene que ser bastante ergonómico. Y como decimos en el párrafo anterior, es fundamental para que un piloto pueda realizar mejor su trabajo. Esto debido a que la comodidad en una cabina ergonómica puede llevar al piloto a crear una mejor conexión de sensaciones con la aeronave.

Ahora bien, ¿por qué es importante esta comodidad? Cuando existe este tipo de comodidad en la cabina, existe generalmente un ambiente de calma, un ambiente en el que el piloto puede identificar mejor cualquier problema que se pueda presentar, un ambiente en el que el piloto es capaz de pensar mejor sobre cualquier situación a su alrededor, y por lo tanto de resolver de manera más eficiente algún problema si se presenta.

Esto en la teoría esta bien, pero llevarlo a la realidad es otra cosa. ¿por qué? A menudo podemos ver alumnos que se suben al avión y ni si quiera se les cruza por la cabeza que pueden acomodar el asiento de manera que puedan estar físicamente más cómodos, podemos ver alumnos que en muchos casos están cansados, estresados, nerviosos, o incluso con poca predisposición a volar un avión.

Esto conlleva a que simplemente empiecen a saltarse pequeños pasos como la organización en la cabina, confundirse u olvidarse de los pasos a seguir durante una operación, en algunos casos usando las listas de chequeo en momentos incorrectos, o en el peor de los casos olvidando usarlas. Olvidar cosas como usar el trim para compensar la actitud del avión en una aproximación, haciendo que, si bien vienen relativamente estabilizados, estén sosteniendo el mando con fuerza para que no se les caiga la nariz del avión, o dicho de otra manera, están peleando con el avión, entre otras situaciones.

Estas situaciones que muchos pueden confundir simplemente con malas técnicas de vuelo, o como se dice por ahí, “esta persona no sabe volar”, aunque realmente no es eso, si no un producto de la incomodidad durante la operación, y que si bien algunas de estas no son gravemente peligrosas, otras si pueden indirectamente llegar a serlo. Ya que son causantes de operaciones en las cuales se puede ver al piloto lidiando con problemas que no tendría que tener, una carta de navegación en la mano que no sabe dónde ponerla mientras intenta hacer un cambio de velocidad y/o altitud, una aproximación que mientras mas se acerca a la pista, más se desestabiliza por una mala configuración, etc. En otras palabras “una operación desastrosa” que en algunos casos podría terminar en un incidente o accidente.

Cuando se empieza a atacar estos focos de problemas, realmente se empieza a ver un cambio en los pilotos, en cuanto a la gestión de tareas que conlleva el propio vuelo. Desde el punto de vista físico hasta el mental, algo tan simple como acomodar el asiento para que el piloto este lo más cómodo posible, es un problema menos con el que lidiar, y resolver estos simples problemas ayuda a encontrar esa comodidad de la que hablamos. Tomarse las cosas con calma, pero sin ser distraído, mejoran las distintas situaciones que se presentan durante el vuelo, debido a que llevan al piloto a un mejor estado mental en el que se puede organizar mejor las cosas en cabina, haciendo que no se salten esos pequeños pasos.

Todo esto da lugar a que el piloto se pueda concentrar mejor en las tareas que debe realizar, y por lo tanto hacer que el vuelo en si sea mejor, y obviamente más seguro. Al punto de que, si surgen problemas no esperados, el piloto tenga la capacidad tanto física como mental de lidiar con dichos problemas, y si es posible resolverlos.

Aunque otros (esos de la vieja escuela, y algunos otros que, aunque son más jóvenes, aprendieron a las malas) dirán que todo esto es una tontería, porque el piloto siempre tiene que estar bajo presión, ya que, según ellos si el piloto no está bajo presión, este se relajará y el día que vengan los problemas no sabrá como actuar. Esta opinión esta presente aun cuando la ciencia ha demostrado lo contrario.

Si se mira hacia atrás, los accidentes e incidentes aéreos en los que se ha demostrado la culpa del factor humano, una gran cantidad de estos han tenido que ver con pilotos que de alguna u otra manera estaban bajo presión, cansados, estresados e inclusive confundidos, creando así situaciones caóticas para nada cómodas, que los han llevado al desastre.

Por otro lado, hoy en día los aviones se diseñan de forma tal que le saca carga de trabajo al piloto, ambientes más ergonómicos por decirlo de alguna manera, que llevan al piloto a estar más cómodo, y por tanto, el piloto tendrá menos presión, menos estrés y menos cansancio, es decir, habrá una operación más segura. Los resultados en general son estadísticamente que cada año en la aviación hay menos incidentes y/o accidentes, haciendo que con el tiempo esta sea cada vez más segura.